lunes, 8 de septiembre de 2008

"El príncipe de las mareas" se enamora de una psiquiatra

Entre disco y disco y actuación, un día allá por 1991 Barbra Streisand dijo, "Pues voy a ponerme a dirigir de nuevo, que para algo soy una mujer polifacética del siglo XX". De aquí salió "El príncipe de las mareas" (1991), película basada en una novela de Pat Conroy (que levante la mano el que lo conozca).

La historia narra como Tom Wingo, un estadounidense del sur, viaja a Nueva York con el fin de ayudar a una psiquiatra, la doctora Lowensteem, que intenta tratar a su hermana, recientemente al borde del suicidio. Los encuentros con la doctora provocarán revelaciones sobre la infancia de Tom y sus hermanos, desestabilizando a un hombre cuyo matrimonio está desmoronándose por momentos. Aunque las cosas tampoco son sencillas para Lowensteem...

Debo reconocer que tengo un problema, y es que Barbra Streisand no me gusta; tiene una manera de expresarse que me cae algo gorda. Aún así, no llega a chirriar y se deja ver a lo largo de la película, haciéndose más digerible gracias a Nick Nolte, de cuya actuación sí se disfruta, aunque se empeñe en llamar guapa a su compañera de reparto cada dos por tres (no voy a hacer comentarios al respecto...).

"- Hay que ver cómo nos queremos, ¿eh?
- Sí, con la de veces que te habré llamado fea y mira, aquí sigues, enganchada como una lapa..."

La película contiene unos cuantos diálogos bastante conseguidos, y es interesante en su trama, cuando no se va por los cerros de Úveda cayendo en algunos de los clichés más típicos de las cintas románticas. Es curioso en este sentido el hecho de que tales momentos (afortunadamente no muy frecuentes), se mezclen con otros sobre la historia de Tom bastante crueles. Pese al apreciable gesto de haber incluido esos retazos en la trama, en ocasiones desconcierta encontrarse con estos extremos. Pero por lo general, el film se pasea por un camino intermedio, donde se abordan los temas familiares y personales de los protagonistas desde un punto de vista dramático, pero más amable, y consigue que nos interesemos por la vida de Wingo. Acompaña en la banda sonora James Newton Howard, con una partitura bonita en unos momentos y demasiado melodramática en otros. En conclusión, una película bastante buena para echar un rato, ideal para la tarde. Pero no la veáis con vuestros hermanitos pequeños al lado, pueden traumarse.

Lo mejor: Nick Nolte se lo cree.
Lo peor: "Vayamos a la cabaña y hagamos el amor toda la noche." Puaj.
La escena: Algunas conversaciones entre los dos protas en las pseudosesiones de psiquiatría (ahora mismo no logro recordar cuál era la más lucida).

4 comentarios:

Eva dijo...

¿Y para cuando Hellboy II?
¿Y el libro de recloamaciones? :P
Venga venga que quiero ver que frasecillas pones debajo de las fotos :DD

juiara dijo...

Pues sí, para pasar un rato no ta mal la peli, aunque no sea el gran peliculón.. pero es de los clásicos que se ha de ver alguna vez en la vida :)
I, lamentant corregir-te, l'actor protagonista d'aquest film no és Jeff Bridges (que és que surt a "El amor tiene dos caras") sinó Nick Nolte. Es perdona pq són molt fàcils de confondre ;)

Charlotte Harris dijo...

Me da grima la Barbara como Actiz!!!!
Aunque tengo que ir perdiendo mis prejuicios lentamente!

Tharkun dijo...

Guau, julia, gran cagada, ja l'he corregida, gràcies.
Charlotte, estamos en las mismas, solo que lo mío son más juicios que prejuicios, y por lo tanto son más difíciles de cambiar ejejej.