lunes, 20 de octubre de 2008

Sitges '08 mola mazo, volumen 2

Durante el segundo fin de semana del Festival de Sitges, un servidor acudió a una de las clásicas maratones que destrozan tu mente de 1.00 de la madrugada a 7.30 de la mañana. Toda una fiesta para cinéfagos radicales. Aunque algo tardío (no importa, nada de esto lo veréis en las salas del circuito comercial), éste es el resultado de las cuatro proyecciones que se hicieron esa noche.


SECCIÓN "MIDNIGHT X-TREME"

Las urbanizaciones australianas están semideshabitadas y son de todo menos seguras. Éstas son las dos conclusiones a las que se puede llegar después de ver "ACOLYTES", de John Hewitt. La película empieza presentando un entorno muy particular y atractivo, y unos personajes (concretamente tres adolescentes) que contra todo pronóstico son interesantes para el espectador. La primera parte de la cinta se mueve entre el drama, con las relaciones entre los protagonistas, y el suspense, con la aparición de un cadáver. El problema es que para la última parte el director se hace un poco la picha un lío (¿o nos la haremos nosotros?) y complica de forma notable una cosa que no debería ser tan complicada. La gente en general no quedó contenta, aunque aparentemente fue más por el tono serio y pausado, -que es justo lo que a mí me atrajo- que por otra cosa.

"¿Dónde está la mosca, aquí o aquí?"

Lo mejor: Promete.
Lo peor: Se pierde.
La secuencia: Curando las heriditas... Vaya subidón.


"MUM & DAD" esperan a que alguien caiga por su casa en los límites del aeropuerto de Heathrow para intentar incorporarlo a su particular familia. Y esto es justamente lo que le ocurre a la protagonista de la película (realizada con un ajustado presupuesto) de Steven Sheil. Lena se encuentra de repente atrapada entre unos energúmenos que recuerdan inevitablemente a la entrañable familia de "La matanza de Texas" (el padre, el mejor personaje, es realmente repulsivo) y que nos hacen presagiar unas escenas a lo "Hostel". Bueno, hay algo de todo eso, pero también es cierto que nos encontramos en un producto más light en cuanto a lo segundo (algo que los estómagos más delicados agradecerán), aunque no se corta en enseñarnos un par o tres de escenas bastante escabrosas. Por lo demás, las formas en las que puede reaccionar la familia ante las acciones de Lena nos tienen bien atentos durante toda la película, y la hacen un entretenimiento de textura malsana y buen pulso narrativo.

"Me voy a tener que comprar un babe, que siempre que torturo a alguien nada, un poquito, acabo perdido."

Lo mejor: La peculiar suciedad de la historia.
Lo peor: ¿Queríais tortura más heavy?
La secuencia: ¡Por fin libre!


SECCIÓN "SESSIONS ESPECIALS"

Cuanto miedo pasa Famke Janssen (una actriz que triunfa bastante entre el público masculino, pero que a mí nunca me ha atraído especialmente). Aunque no veas lo valiente que es la tía. En "100 FEET" su marido vuelve de la ultratumba para cargársela aprovechando que ella no puede -legalmente- alejarse de su casa, y ella lo encaja todo como una machota. Eric Red acierta en unas cuantas cosas, aunque también la caga un poco en otras posteriores (lástima). La premisa de la película es muy interesante, y las primeras apariciones del fantasma son realmente acojonantes (más de uno acabamos de la manita del de al lado para evitar las fugas de pipí). Lo malo es que después el chaval pierde encanto, porque se revela más duro que un luchador de Pressing Catch. El resultado es una película de casas encantadas buenecilla, pero que podría haber estado mejor.

"Ay Dios mío, esto es un sinvivir, acabo de fregar el suelo y ya me lo está pisando el fantasma de los cojones, buaaa..."

Lo mejor: El prometedor principio.
Lo peor: El sosorro final.
La secuencia: El amanecer después de "ello".


SECCIÓN "ORIENT EXPRESS"

Otra de esas rarezas que me hacen decir que lo que no me enseñen los japoneses, no me lo enseñará nadie. "TOKYO GORE POLICE". El título no podría ser más autodescriptivo. En un futuro distópico, el privatizado cuerpo de policía de la capital nipona se enfrenta a una serie de mutantes capaces de convertir sus heridas en armas. No digo más. El resto hay que verlo. Yoshihiro Nishimura nos presenta un buen puñado de criaturas imposibles, ambientes sórdidos, litros y litros de sangre lanzados en forma de chorros a presión, violencia de serie B y humor psicodélico... No hay respiro, esto es una fiesta sin ningún tipo de límites. Protagonizada por Eihi Shiina (protagonista de "Audition" de Takashi Miike), es sin duda la propuesta más original de la noche, lástima que a según que horas intempestivas no se pudiera valorar en todo su esplendor (de hecho, para entonces la mitad de la sala había desaparecido; nenazas...). Os lo digo ahora, no es para todos los paladares. Pero tiene madera de película de culto, y en cuanto sea posible (ahora mismo no, ya lo he probado) le volveré a echar un vistazo.

"¡Que se me va de las manos, señora! ¡Sangre a chorro! ¡El que no se muere es porque no quiere!"

Lo mejor: Bizarrísima.
Lo peor: El peligro de saturación.
La secuencia: Los anuncios sobre el nuevo orden policial.


PD. Como nota informativa, deciros que "The Sky Crawlers" de Mamoru Oshii, de la que os hablé en el pasado artículo, ganó el Premio de la Crítica, el Oficial Fantàstic a la Mejor Banda Sonora Original para Kenji Kawai (con razón) y el Premio Carnet Joven a la Mejor Película Fantàstic (ex-aequo con "Vinyan").

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