miércoles, 10 de febrero de 2010

Caminante no hay "Camino"

Y llegó Javier Fesser y dijo "Aquí estoy yo". Si las dos primeras películas de este señor, "El milagro de P. Tinto" y "La gran aventura de Mortadelo y Filemón" no me entusiasmaron, a la tercera ha ido la vencida, y no hay excusa para no ver esta cinta, que se llevó merecidamente el gato al agua durante los pasados Premios Goya. "Camino" (2008) cuenta la historia de una niña, hija de una familia extremadamente religiosa, que en cinco meses ve cómo su vida da un giro radical por culpa de un cáncer. Venga, a llorar se ha dicho.

Ya lo digo de entrada, como quiero resaltar lo bueno de la película (inmensa mayoría) solamente mencionaré los que creo que son sus dos defectos, que en caliente me daba incluso vergüenza exponer. El primero, y relativamente importante, es un exceso de metraje (¿10-15 minutos?), que se traduce en una sensación de redundancia por momentos y empaña algo el ritmo de la película. El segundo, y menor, es que, a pesar de las ventajas que comporta, y del gran trabajo técnico, en ocasiones se hecha en falta que la película esté rodada en cine. Ya sabéis, es igual pero no es lo mismo.


Una vez dicho esto, solo queda plantear los que son, a mi entender, los tres factores clave que hacen de ésta una gran película, que se queda tan solo a las puertas de merecer el calificativo de 'maestra':
  1. Es una obra de arte incontestable por una sencilla razón: está hecha sin concesiones. Es la obra de alguien que necesitaba contar la historia que cuenta, y que lo hace con convicción y sin ningún tipo de atadura. Como debería ser.
  2. Las actuaciones son de campeonato. Casi todos los actores brindan aquí las que seguramente sean sus interpretaciones más intensas (brillantes Carme Elías y Mariano Venancio). Y mención aparte merece Nerea Camacho (tongo si no se hubiera llevado su galardón), una criatura hecha para ser filmada. Si no vuelve a actuar (que lo hará) bien podría tener la conciencia tranquila.
  3. Es una película trascendente. Porque, además de tratarse muchos otros temas relevantes, nos obliga a replantearnos las cosas al mostrarnos la manera en que, a su corta edad, Camino descubre (unidas de una forma inusual) las dos experiencias más importantes por las que pasará inevitablemente todo ser humano: el amor y la muerte.
Así pues, la película logra trascender el poco valorado subgénero del melodrama, y consigue una sensación muy curiosa, y es el hecho de que al acabar, piensas que si en el mundo solo pudiera contarse una historia, seguramente debería ser la de "Camino".

Lo mejor: Las reflexiones infinitas que se pueden extraer de su visionado.
Lo peor: Que esté inspirada en hechos reales.
La escena: Viaje a Viena.

4 comentarios:

juiara dijo...

Quina llastima que me la vaig perdre... L'haure de vrure en una altra ocasio!!

Tharkun dijo...

Doncs mira, avui la pots veure a TV3 doblada al català. Quin despropòsit...

juiara dijo...

Ara ja puc parlar amb coneixement de causa... quina manera de plorar! Bufff! I què cert el que dius de què es poden extreure infinites reflexions de la història que ens explica. Coincideixo totalment en "l'escena" de la pel·li: el viatge a Viena. Però n'hi ha moltes altres dignes de mencionar, com les flors a la verge amb Shakira de fons, el retrobament de la guitarra, la caixa de secrets i les cartes, ...
De vegades cal que ens recordin la sort que tenim a la vida en tants i tants aspectes! :)


PD. Tema totalment a part: agrair a la nostra xarxa pública de biblioteques la possibilitat de gaudir de films fantàstics (i algunes "croquetes" també, tot s'ha de dir) sense pagar ni un cèntim. Tot i que em fa deixar en segon plà les pel·lis pròpies que esperen ser vistes al prestatge del menjador de casa.

Tharkun dijo...

Oh, és cert, el moment del video domèstic és PRECIÓS.